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Funerales por los 62 militares fallecidos (28 y 29 de Mayo del 2003)

1. La plaza del Sabre de la base aйrea de Torrejуn de Ardoz se convirtiу el 28 de mayo en una inmensa capilla ardiente. Los ataъdes de los 62 militares fallecidos en Turquнa llenaban el espacio alineados en siete filas, cubiertos por la bandera espaсola y custodiados, cada uno de ellos, por un compaсero de promociуn o de destino. Desde las cinco y media, mбs de seiscientos familiares habнan ido ocupando lentamente su lugar en medio de un calor sofocante. Durante la espera, un silencio y una quietud dramбticos. En busca de sus seres mбs queridos, algunos —esposas, hermanos, padres o hijos— sacaban fuerzas para acercarse a los fйretros, acompaсados siempre por amigos o personal militar que evitaban, a duras penas, su desplome. El personal sanitario, a los pies de la tribuna, repartнa agua y atendнa cualquier asomo de desvanecimiento. Los restos mortales de los 62 militares habнan llegado ese mismo dнa procedentes de Turquнa en tres aviones Hйrcules C-130 pertenecientes al Ala 31 del Ejйrcito del Aire. Los aparatos permanecieron durante toda la ceremonia con sus grandes portones de carga abiertos en uno de los extremos de la plaza. El presidente del Gobierno, Josй Marнa Aznar, el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Antonio Moreno Barberб, recibieron a la Familia Real a su llegada a las 6 de la tarde, Don Juan Carlos, con uniforme del Ejйrcito de Tierra, el Prнncipe de Asturias, con el del Ejйrcito del Aire, la Reina Doсa Sofнa, de riguroso luto. Al otro lado de la plaza, cientos de personas se sumaban en silencio al acto.Ademбs de numerosas comisiones militares, a la ceremonia —convertida en un autйntico funeral de Estado— asistieron las autoridades de las altas instituciones espaсolas: los presidentes del Congreso y del Senado, Luisa Fernanda Rudн y Juan Josй Lucas; los presidentes del Tribunal Constitucional, Manuel Jimйnez de Parga, y del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Francisco Josй Hernando; los ministros de Asuntos Exteriores y de Interior, Ana Palacio y Бngel Acebes; los jefes de Estado Mayor de los tres Ejйrcitos: el general de Ejйrcito Luis Alejandre Sintes, el general del Aire Eduardo Gonzбlez-Gallarza, y el almirante general Francisco Torrente Sбnchez; el director general de la Guardia Civil, Josй Luis Lуpez Valdivielso; y numerosos polнticos, entre ellos el secretario general del PSOE, Josй Luis Rodrнguez Zapatero, el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, los portavoces del PNV y CiU, Iсaki Anasagasti y Xavier Trias y el representante de Coaliciуn Canaria, Luis Mardones. Todos habнan abandonado poco antes el Pleno del Congreso en la habitual sesiуn de control al Gobierno de los miйrcoles, que en esta ocasiуn sirviу para mostrar el pesar de todos los grupos parlamentarios. Tampoco quisieron faltar los presidentes de las dos comunidades autуnomas mбs afectadas por el trбgico suceso. En la base aйrea de Torrejуn estuvieron presentes los presidentes de Castilla y Leуn, Juan Vicente Herrera, y de Aragуn, Marcelino Iglesias. Cariсo Tras la interpretaciуn del Himno Nacional, los miembros de la Familia Real se acercaron a la tribuna de parientes de las vнctimas para expresar personalmente sus condolencias a todos ellos y abrazar afectuosamente a las personas que ocupaban las primeras filas. El saludo se prolongу durante veinte minutos, cargados de una gran emociуn compartida por las mбs de 2.000 personas que presenciaban la escena. Cada paso era una tragedia humana que Sus Majestades y el Prнncipe de Asturias compartieron, caso a caso, con patente dolor en los rostros. Fuera de todo protocolo, fue un encuentro cercano y sincero con abrazos y muestras de profundo afecto. Pasados los primeros minutos aflorу la tensiуn acumulada en los ъltimos tres dнas, desde que en la maсana del 26 de mayo se conociу la noticia del siniestro.

2. Estallaron los lamentos y llantos de dolor, que se alternaron con aplausos a la Familia Real, vivas al Ejйrcito y a Espaсa y gritos de indignaciуn. Muchos increparon al Gobierno y reprocharon el empleo de medios de transporte que consideraban poco adecuados, al tiempo que otros hacнan llamadas a la calma. Horas despuйs, el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, expresaba su «respeto y comprensiуn» hacia los familiares y calificу lo vivido esa tarde como el momento mбs duro de su carrera polнtica. «La muerte es muy difнcil de aceptar y muy pocas veces explicable cuando es asн, inesperada, violenta y en tan gran nъmero», manifestaba ante las cбmaras de Antena 3. Eucaristнa La Familia Real y las autoridades que la habнan acompaсado en su recorrido, se trasladaron al espacio reservado al otro lado de la plaza. A los sones del Himno Nacional, un soldado y un guardia civil trasladaron la bandera al sencillo altar instalado frente a los fйretros, presidido por una imagen de la Virgen de Loreto, patrona del Ejйrcito del Aire. Cerraba la perspectiva un frontal formado por mбs de setenta coronas de flores llegadas de todos los puntos de Espaсa y entre las que se encontraban, tambiйn, dos enviadas por el Gobierno turco. El vicario general castrense, monseсor Josй Manuel Estepa, presidiу la concelebraciуn religiosa acompaсado por seis obispos mбs —entre ellos los de Zaragoza y Burgos, las dos provincias donde se ubican las unidades de origen de la mayorнa de las vнctimas— y veinticinco sacerdotes. Monseсor Estepa transmitiу a los familiares el pйsame del papa Juan Pablo II y de todos los obispos espaсoles y, en la homilнa, tuvo palabras de elogio a la labor desarrollada por las FAS en las misiones humanitarias internacionales, que calificу como «una formidable escuela de aprendizaje de la mбs limpia solidaridad y del mбs autйntico amor a la paz». «Debemos gratitud —resaltу— a todos los que han aceptado como misiуn la defensa de la seguridad del propio pueblo y el mantenimiento de la paz en todo el mundo arriesgando sus propias vidas en esta noble profesiуn». El arzobispo castrense recordу a todos los militares que en los ъltimos catorce aсos han participado en misiones humanitarias y que «han experimentado —aсadiу— el daсo que causa a los pueblos la violencia y las fuerzas disgregadoras del mal exponiйndose a grandes peligros y sacrificios». Uno de los momentos mбs dolorosos tuvo lugar poco despuйs. Una mujer joven, de luto, abandonу la grada y, sin que nadie pudiera evitarlo, atravesу corriendo toda la plaza hasta abrazarse a uno de los ataъdes, el de su hermano, gritando desconsoladamente. Un militar y el personal de los servicios sanitarios trataron de calmarla mientras la conducнan de nuevo a su asiento. Medallas Terminada la ceremonia religiosa, alrededor de las siete de la tarde, y tras reincorporarse la bandera a su lugar de formaciуn entre aplausos del pъblico, se leyу la Orden Ministerial 431, de 28 de mayo, por la que se conceden a tнtulo pуstumo a los militares fallecidos las mбs altas condecoraciones en tiempo de paz: las cruces con distintivo amarillo del Mйrito Militar para los cuarenta militares del Ejйrcito de Tierra y el oficial de la Guardia Civil y del Mйrito Aeronбutico para los pertenecientes al Ejйrcito del Aire. Uno a uno, sonaron por los altavoces los 62 nombres seguidos de un caluroso y cerrado aplauso. Por expreso deseo personal, Don Juan Carlos, visiblemente emocionado, impuso una a una todas las condecoraciones culminando cada gesto con un respetuoso saludo militar. El acto, que se prolongу durante quince minutos, fue aprovechado por los concelebrantes de la Eucaristнa para transmitir sus condolencias a las familias. Despedida Finalizada la imposiciуn de medallas, el Rey se retirу entre aplausos del pъblico. Instantes despuйs, a los acordes de la marcha La muerte no es el final interpretada por la Banda de Honores, se iniciу el homenaje a los Caнdos, un acto habitual en las celebraciones castrenses pero que en esta ocasiуn adquiriу un significado mбs especial que nunca. El toque de oraciуn y una salva de fusilerнa cerraron el ceremonial.

3. El estruendo de los motores de los seis C-101 de la Patrulla Бguila —que dejaron sobre la dramбtica formaciуn de ataъdes la estela con los colores de la enseсa nacional— llenу el tenso silencio hecho en la plaza del Sabre. Inmediatamente comenzу el lento desfile de fйretros, al son de una marcha fъnebre, desde la plaza hasta el cercano hangar del Ala 12, reservado habitualmente para albergar los cazas F-18. Grupos de seis militares —compaсeros de promociуn, de unidad, familiares—portaron a hombros los ataъdes cubiertos con la bandera espaсola, la gorra de la vнctima —algunas, recuperadas en Turquнa y otras repuestas para el funeral— y la medalla reciйn concedida, que luego serнan entregados a las familias. Fueron casi treinta minutos de gran solemnidad y tristeza. Casi a las 8 de la tarde el ъltimo ataъd penetraba en el hangar del Ala 12. Dos horas despuйs de su llegada, la Familia Real se despidiу de los familiares y abandonу la plaza, seguidos por el resto de las autoridades. En las horas posteriores, sesenta y dos comitivas fъnebres partнan desde la base aйrea con destino a treinta localidades de toda Espaсa donde al dнa siguiente tendrнan lugar los sepelios de los sesenta y dos caнdos espaсoles.

4. LUTO NACIONAL
Espaсa viviу dos dнas de luto oficial —el 28 y el 29 de mayo— durante los cuales la bandera nacional ondeу a media asta en todos los edificios pъblicos y buques de la Armada. El Real Decreto 645/2003 de 27 de mayo, publicado en el Boletнn Oficial del Estado (BOE) del dнa siguiente, declaraba el luto durante estas dos jornadas «como testimonio del dolor de la Naciуn espaсola ante el fallecimiento de sesenta y dos militares espaсoles, en accidente aйreo ocurrido a su regreso de la misiуn de paz desarrollada en Afganistбn, a propuesta del Presidente del Gobierno». El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, avanzaba el mismo dнa del suceso, desde Turquнa, la decisiуn adoptada por el Gobierno y sancionada por el Rey Don Juan Carlos. «Por lo pronto, hemos decretado el luto oficial en todos los establecimientos militares. Ya ondea la bandera a media asta en todos ellos y hemos suspendido todas las celebraciones de la semana de las Fuerzas Armadas», manifestaba en el informativo 24 Horas de Radio Nacional de Espaсa.

Las unidades de destino de los militares fallecidos y sus ciudades de origen dedicaron en la semana siguiente al accidente sentidos actos de homenaje que congregaron a numerosas personas. El 2 de junio, el arzobispo de Valencia, Agustнn Garcнa-Gasco, presidiу a las 8 de la tarde en la catedral de Valencia un funeral concelebrado por once capellanes castrenses, ademбs de varios sacerdotes diocesanos. En la homilнa se ensalzу la labor de los militares espaсoles destinados en misiones en el Exterior que realizan «un servicio de paz, amor y caridad a sus hermanos». La base de Castrillo del Val, que perdiу a veinte hombres en el accidente, organizу el 3 de junio un homenaje y una misa oficiada por el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellнn, quien subrayу «los actos de entrega humanitaria y desinteresada» que todos los fallecidos habнan efectuado en su experiencia en misiones de paz. Al acto asistieron, tambiйn, el jefe del Estado Mayor del Ejйrcito, general de Ejйrcito Luis Alejandre Sintes, y el general jefe de la Divisiуn Mecanizada Brunete, Emilio Pйrez Alamбn. Reconocimiento Pйrez Alamбn destacу en una intervenciуn la disposiciуn permanente de la unidad para participar en cuantas misiones se le encomienden. «Si hoy sus hombres, por su bravura y preparaciуn, son los mejores, con los medios adecuados serбn invencibles». Por su parte, el JEME exhortу a todos los presentes en el funeral a «cubrir las lagunas de cariсo y de afecto entre familias y compaсeros» que ha creado el inesperado suceso. En la misma jornada la base aйrea de Zaragoza recordу, en una ceremonia нntima con familiares y compaсeros, a sus 21 hombres perdidos en Turquнa. El capellбn castrense de la base presidiу la misa funeral, en la que estuvo presente el general jefe del Mando Aйreo de Levante, teniente general Manuel Estellйs Moreno. Un dнa despuйs, el 4 de junio, la Basнlica del Pilar de Zaragoza era escenario de otra misa en memoria de los militares oficiada por el arzobispo de Zaragoza, Elнas Yanes.

5. Cantabria, de donde procedнan tres de los militares entre ellos el jefe del contingente, el teniente coronel Josй Ramуn Solar Ferro, tambiйn recordу con numerosos homenajes a las vнctimas. El 4 de junio tuvo lugar en la catedral de la capital un multitudinario funeral oficiado por el vicario general, Manuel Herrero —en ausencia del obispo de la Diуcesis, Josй Vilaplana—al que asistieron las principales autoridades civiles y militares de la comunidad cбntabra. Esta ceremonia puso el broche final a una semana de actos oficiales y homenajes institucionales con los que la regiуn habнa homenajeado a sus tres vecinos fallecidos en el accidente de Turquнa. En Extremadura, el obispo de la Diуcesis de Coria-Cбceres, monseсor Ciriaco Benavente, oficiу el 5 de junio una misa funeral en la concatedral de Santa Marнa, de Cбceres, en recuerdo de todos los fallecidos y en especial de los dos extremeсos, oriundos de las localidades de Montehermoso y Moraleja. Mбs de 300 personas —entre ellas el alcalde Josй Marнa Saponi y numerosas autoridades civiles y militares— participaron en la misa celebrada a las 12 del mediodнa. En la homilнa, monseсor Benavente dedicу un recuerdo especial, como ocurriу en otros lugares de Espaсa, a los dos policнas fallecidos en el ъltimo atentado terrorista y a las vнctimas del accidente ferroviario de Chinchilla (Albacete). Un dнa despuйs de su entierro, el 30 de abril, la base militar de Recajo, en Agoncillo (La Rioja), organizу un funeral castrense en memoria de los fallecidos en Turquнa, entre los que se encontraban dos brigadas riojanos del Ejйrcito del Aire. El dнa 4 de junio, autoridades civiles y militares de Navarra participaron en una misa celebrada en la parroquia de San Lorenzo de Pamplona en recuerdo de los militares fallecidos. Uno de ellos, el capitбn Manuel Gуmez Ginerйs, destinado en la Unidad de Apoyo Logнstico 31, era natural de Pamplona, aunque fue enterrado en Alicante. Los funerales se repitieron en otras muchas localidades de las comunidades de Galicia, Asturias, Cataluсa, Castilla-La Mancha, Murcia o Madrid, lugares de origen o residencia del resto de los fallecidos en el accidente del Yakovlev-42.